Las vías para hacerse piloto

Actualmente existen varios y diversas formas de llegar a pilotar aviones, dependiendo de tus intereses, tu bolsillo y tu tiempo, puedes llegar a estar a los mandos de un avión.

Cuando alguien no tiene mucho dinero y quiere trabajar como piloto, al final una de las vías, por no decir la única vía para poder trabajar como piloto sin realizar un gran gasto de dinero es adentrarse en la carrera militar y ser piloto para el ejército.

Yo mismo inicialmente tomé esta vía como casi la única posibilidad de ser piloto. Gracias a motivos familiares, pude entrar al C.H.A. (Colegio de Huérfanos de la Armada) un lugar de preparación para la oposición del ejército. Antes de continuar, puntualizaré que la oposición como tal ha desaparecido y que ahora se entra según la nota de selectividad.
El caso es que allí me planté, a primeros de Septiembre del año 2008, rodeado de gente que no conocía y que provenía de todos los lugares de España. La verdad, duré dos semanas allí y aunque ya dedicaré más tiempo a hablar de aquello, lo cierto es que ver a gente tan preparada y pensar en que lucharía contra ellos y contra otros 3.000 más para tratar de obtener una de las aproximadamente 6 plazas que salían anuales para el ejército del aire...me pareció cuanto menos, absurdo.
Dejarlo fue una decisión difícil, para mi suponía reconocer que no estaba capacitado o preparado para eso. No fue un simple tirar la toalla, fue más bien un asumir que aquello no era para mi.

Descartado pues la vía militar, sólo me quedaba la rama civil. 
Para llegar a piloto comercial, hay dos ramas, la rama del curso integrado que se compone de todas las licencias necesarias para piloto comercial. Todo ello dado de un modo rápido, organizado y en casi todos los lugares, enfocado a la línea aérea. El precio que pagas por este curso suele ser alto, no baja de los 50.000€ y puede rozar los 100.000€, un verdadero shock económico. Es cierto y cuenta a favor del curso integrado que todo sucede tan rápido, avanzas a tal velocidad que en ningún momento te sientes sólo, luego entenderéis por qué lo digo.

La otra rama civil es un curso modular, la opción que yo elegí, marcada por la flexibilidad y por un precio ligeramente inferior al del integrado. Se basa en obtener progresivamente licencias y habilitaciones, dejando a la decisión del futuro piloto la velocidad a la que obtiene dichas licencias y por tanto la velocidad a la que gasta el dinero. Es sin duda la opción también para la gente que ya tiene un trabajo, o que de forma paralela tiene otros estudios o tareas. 

Por aportar algo de luz, hablaré de las licencias y habilitaciones y del orden para obtenerlas.

En primer lugar, se encuentra la licencia de piloto privado PPL, esta es la licencia que abre las puertas al mundo de la aviación comercial, supone aprender a volar avionetas de pequeño tamaño y hacerlo en aeropuertos o aeródromos controlados. Para muchos (yo incluido) es la primera toma de contacto con un avión. Esta licencia nos permitirá continuar con nuestros estudios.

ATPL, airline transport pilot license, o en castellano, piloto de transporte de líneas aéreas, sin duda el nombre más sonoro de todas nuestras licencias, suena bien y parecemos hasta profesionales, consta de 14 asignaturas teóricas, te hará sudar tinta china...muchos opinan que es casi equivalente a una carrera pero comprimida en 18 meses. Lo desconozco porque no he estudiado una carrera, pero si os puedo decir que yo lo sufrí bastante. 14 asignaturas, 6 convocatorias y 4 intentos por asignatura.

Aquí es donde retomo el asunto de "sentirse solo". Cuando estudias por la vía de modular, llega un punto en el que tus clases teóricas terminan, y te ves completamente sólo ante el peligro, en muchos casos pasan meses hasta que vuelves a pisar tu escuela de pilotos, e incluso meses hasta que vuelves a volar. Hay que recordar que si no apruebas las 14 asignaturas, no podrás continuar, de modo que seguir pagando horas sin saber si vas a continuar es como poco, arriesgado. De modo que lo normal es que en esta etapa veas los aviones en foto y te pases los días estudiando mil cosas distintas, en inglés y sin saber ni cómo ni por qué. Es el momento sin duda, más duro para un piloto.
Cuando lo apruebas, estás tan cansado y extasiado que no tienes fuerzas ni para celebrarlo, pero sigues vivo y se vuelven a abrir las puertas del cielo para que vuelvas a volar.

Tras el ATPL y un alquiler de horas para completar lo requisitos de horas de vuelo, comienzas el curso de instrumental/multimotor, en este curso aprenderás a volar mirando a tus instrumentos sin necesidad de mirar fuera, esto te permitirá volar sin visibilidad, entre nubes, de noche, etc. Y por otro lado, tener tu primer contacto con un avión de más de un motor, una experiencia divertida en la que de golpe descubres lo rápido que pueden a llegar a pasar las cosas en un avión que va a casi el doble de velocidad.

Una vez completas esta parte, comienza la parte final, la licencia de piloto comercial, un curso en el que a grandes rasgos vuelves a volar como en la primera licencia, pero tu examinador te pondrá unos márgenes más pequeños. Al terminar, podrás obtener tu primer trabajo y cobrar como piloto, aunque con esto, aún no llegarás a piloto de línea aérea, el resto lo reservo para una futura entrada.

No puedo olvidarme para terminar, de una licencia que nada tiene que ver con el estresante mundo de la aviación comercial, y es más bien, todo lo contrario, el mundo de la aviación deportiva. Ser piloto de ultraligero ULM.
Yo llegué a ese mundo de casualidad y gracias a mi gran amigo Antonio. Él siempre me lo recordará...y mi famosa pregunta en mitad de una clase de PPL, en la que yo le pregunté, ¿ah, pero eso vuela? A partir de ese momento no sólo descubrí que volaban, si no que descubrí que mi imagen y mi idea de ultraligero eran muy distintas de lo que realmente era la realidad. Aviones muy similares físicamente a las avionetas, algo más pequeñas y con un máximo de dos plazas. Incluso muchos de ellos con mejor equipamiento y prestaciones que las viejas avionetas que yo estaba acostumbrado a volar. Sin duda, fue todo un descubrimiento. Y tras convalidar mi licencia de PPL, con la de ULM, decidí conocer más el mundillo hasta que hacia 2011 decidí sacarme la habilitación de instructor de ultraligero.

Por tanto, como veis, hay diversas opciones, cada una enfocada a un perfil, a un bolsillo y a una disponibilidad, elegir la opción que mejor te venga, depende sólo de ti. Pero no es imposible, con esfuerzo, los objetivos se consiguen.

 

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