Aerotrastorno, pasión u obsesión
Hace poco, me preguntaron si el término aerotrastorno era algo despectivo o no. Lo cierto es que me dio mucho que pensar, puesto que en muchas ocasiones y en muchas personas concretas, tengo claro que la pasión se sobre pasa y se convierte claramente en una obsesión casi enfermiza.
El aerotrastorno engloba a todo aquel al que le gusta la aviación y disfruta de ello. Desde el que mira al cielo cada vez que oye un avión hasta el que se deja miles de euros en comprarse mil cosas relacionadas con el mundillo.
Pero ¿dónde comienza la obsesión?
Muchas personas se sorprenden al ver todos los trastos y aparatos que tengo para el simulador en casa, la gran mayoría lo consideran de "friki", pero cambian de opinión cuando yo les explico que para mi es una herramienta de formación con la que puedo practicar en casa y ahorrarme un dineral.
También estoy desbordado de libros tanto físicos como en formato digital sobre aviación. Pero lo cierto es que me dedico a ello, y al igual que un universitario acaba empapelado con mil apuntes, archivadores y libros, nosotros también acabamos rodeados por mil cosas. A unos les da por las maquetas, a otros por las fotos, a otros por las "reliquias" y partes de aviones reales, a otros por la ropa, los parches y los pines...la locura suele ser proporcional a la capacidad de tu bolsillo.
Hasta aquí, todo puede ser medianamente normal y razonable, pero hay personas que van más allá, mucho más allá...
Creo que los más peligrosos son los que inventan una vida de piloto, y tratan de vivir una vida que no es la suya, engañando a los que les rodean y sobre todo a ellos mismos. He conocido a varios, y me encantaría decir sus nombres, pero me evitaré problemas. Son personas que viven y se comportan como si fuesen pilotos, ligan con personas como si fuesen pilotos y especialmente presumen y fardan de serlo siempre que pueden, es relativamente fácil identificarlos si ves sus perfiles de redes sociales, si hablas con ellos, o si te los cruzas en un extraño lugar y le ves con galones hasta en los calcetines.
Muchos de ellos no son ni pilotos. Y son sin lugar a dudas los más peligrosos, de ahí para abajo, pues la diversidad es mayor.
Desde la galonitis, que no es otra cosa que la proliferación de galones a personas que no deben llevarlos o el crecimiento desproporcionado de galones...y no nos engañemos, a casi todos los pilotos profesionales nos ha pasado en algún momento, pero yo hago referencia a los no profesionales.
Hasta la prepotencia. Por lo general, los pilotos somos prepotentes, unos más y otros menos. Los hay que te miran por encima del hombro a toda hora y los hay que sencillamente se creen mejor que tú solo por decir que son pilotos. Yo también sufro algo de esto en ocasiones, pero me esfuerzo en controlarlo, os lo aseguro.
Disfrutar de un modo sano y sensato de la aviación puede ser maravilloso, pero se puede ir de las manos fácilmente si nos dejamos llevar.
Cuidar de que eso no ocurra, depende sólo de ti.
Buenos vuelos, a los que lleváis galones, y a los que no.
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