Encontrar la motivación


Nadie dijo que fuese fácil.

Yo soy de los que tenía claro desde pequeño que quería ser piloto, pero eso no te convierte en invencible. Como todos, he tenido momentos de flaqueza, de dudas, de incertidumbre y de desgana absoluta. Especialmente cuando pasaba meses y meses sin volar, únicamente estudiando durante horas y horas, sin ver que todo ese esfuerzo tuviese recompensa, al menos, en ese momento.

Es una sensación realmente frustrante, por la que muchos, si no todos, hemos pasado para llegar donde estamos. Pero cuando te ves envuelto en ese aura de frustración, de negatividad, y de desmotivación, es complicado encontrar la salida.

Horas y horas sin moverse de la misma posición...

Y justo en esos momentos es cuando la psicología, la mente, y la capacidad de control, juegan un papel fundamental en nuestra formación como personas y como pilotos. Ser capaz de afrontar estas situaciones de forma positiva, es tan necesario como saber aterrizar bien. Aunque a veces no le prestamos a estos aspectos la suficiente importancia.

Durante los últimos 6 meses de mi ATPL me encerré, en algo más parecido a un monje de clausura que a un alumno piloto. No fue nada fácil.

Mi vida se limitaba a pasar algo más de 8 horas diarias a estudiar, unas 5 por la mañana y unas 3 por la tarde, a veces más, y a veces menos. Recuerdo sentarme a comer sin casi apenas ver, con la mirada perdida y la cabeza en los bancos de preguntas. Jamás había hecho algo así, y creo que jamás podré volver a hacerlo, pero tenía claro que esa era la única opción de conseguir ser piloto. Daba igual que fuera hiciera sol, o lloviera, frío o calor, yo estaba estudiando. 

Tenía la suerte de poder estudiar por la mañana en una sala, y por la tarde en otra sala. Parece que no, pero cambiar el "paisaje" ayuda bastante a tratar de reducir algo esa rutina. 

Durante los meses de verano y más calor, al terminar de estudiar antes de comer, me dejaba caer en la piscina. El agua fría despertaba mi cuerpo, como si saliera en ese momento de una hibernación de meses. Eso y dar algún paseo o de vez en cuando ir al cine, eran mis momentos de desconexión. No había mucho más. Y eso también ayudaba bastante. No tenía casi distracciones. Y esto parece una chorrada, pero no lo es. Cada vez más, estamos sometidos a innumerables distracciones, especialmente con el móvil, que nos impiden enfocarnos y mantener la atención. 
Después de horas de estudio, al agua y a resetear la mente para poder seguir...

Pero hoy en día, gracias a métodos como el pomodoro, y las restricciones de bienestar de los dispositivos, podemos estar aislados, si realmente es lo que queremos. Ser capaz de focalizarse en un mundo rodeado de estímulos, es cada vez más complicado.

La montaña, el aire puro, el silencio y el viento en la cara...

Por suerte, yo no tenía mucho más que hacer por allí que estudiar. 

Con todo y con eso, tenía días muy complicados, incluso semanas, en las que la motivación se cae por los suelos, en donde no sabes si lo lograrás, si merecerá la pena el estudio, y si realmente quieres ser piloto. Verdaderas y constantes crisis existenciales que deberás hacer frente una y otra vez, con la incertidumbre permanente de si podrás o no. Una lucha contracorriente y permanente. Es realmente duro. Y es donde muchos caen por su propio peso. Psicológicamente es una batalla contra uno mismo diaria.

Esa lucha constante pasa factura, física y mentalmente. Hacer frente a ello es una tarea personal y en la que debemos esforzarnos en encontrar vías de escape para desconectar, motivación para continuar luchando, métodos para optimizar el tiempo y los recursos.

Te voy a contar en parte cómo lo hice yo. Aunque tú deberás encontrar tu método.

Como ya he contado, eliminar las distracciones es fundamental para lograr concentrarse, haz lo que sea necesario para ser capaz de durar el máximo tiempo posible enfocado y con la atención máxima. Si no lo logras, tal vez sea mejor hacer una pequeña parada de unos minutos, distraer la mente con otra cosa, y volver a intentarlo.

Crear tu entorno de estudio, no podrás concentrarte ni sacar el máximo potencial en un entorno hostil, donde no dispongas del espacio, el silencio y detalles como la luz y la temperatura adecuada para hacerlo. Sentarte en una posición correcta, hará que no te destroces el cuerpo antes de tiempo.

Ludovico siempre ha sido fuente de inspiración y de desconexión, hace unos días pude disfrutar de nuevo de un concierto suyo...

Busca y encuentra tus "motivadores". Esto es algo muy personal, y si bien, lo anterior puede valer para todo el mundo, esos inputs de motivación, deben ser algo que sólo te valga a ti. Puede ser una canción, una sesión de meditación, ejercicios de yoga, un video de YouTube, o irte a mirar aviones al aeropuerto más cercano...En mi caso, hay un video que aún a día de hoy, me emociono al ver. Y que me recuerda a toda esta etapa, a todo ese sufrimiento. Y me emociono porque me recuerdo ahora viendo ese video, sin tener nada claro si lo lograría o no, pero ese video, fue para mí, en muchos momentos, la píldora de motivación que necesitaba. El entender por qué y para qué quería ser piloto. 





Sólo de pensarlo, aún se me estremece el cuerpo, y escribiros mientras vuelo en un 320, hace que todo aquello, ahora tenga un gran sentido.

Por tanto, encontrar y construir tu propio camino, utilizar tus propias herramientas y sobre todo, ser capaz de enfrentarse a la adversidad, son las claves para llevar a cabo con la mayor posibilidad de éxito tus estudios como piloto.

¿Estás dispuest@ a hacer semejante sacrificio para lograrlo?

Buenos vuelos, y siempre motivados!




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