Y el despertador casi me deja sin trabajo

Hay cosas que sólo se pueden contar cuando ha pasado un cierto tiempo, y esta es una de ellas...

Conviene leer esta entrada del año 2015 para entender un poco mejor la situación...

https://www.aviadorypiloto.com/2015/11/he-ido-trabajar-hoy.html

Lo cierto es que ese susto de un día en el que no sonó el despertador, finalmente me ocurrió, en uno de los peores momentos , o al menos bastante delicado...durante mi periodo de instrucción. No es necesario ni relevante que diga en cuál de las dos aerolíneas en las que he volado sucedió esto. Lo relevante es lo que ocurrió, cómo reaccioné yo, y cómo reaccionaron conmigo y sobre todo, lo que yo aprendí con esa experiencia.
Como decía, yo estaba en el periodo de instrucción en vuelo, un momento bastante delicado para todo piloto, donde tienes que dar lo mejor de ti para poder soltarte en la compañía y eso supone demostrar muchas cosas como piloto y como persona, es posiblemente uno de los periodos de más estrés y ansiedad que todo piloto puede tener a lo largo de su carrera aeronáutica.

Y ahí estaba yo...con un inicio bastante aceptable, contento, pero con la inevitable presión casi insoportable sobre mi mismo.

Todo iba sobre ruedas y me despedí del comandante instructor al que esperaba ver al día siguiente.

Como cualquier otro día desde hacía muchos años, puse la alarma de mi móvil, con la confianza de cada día, de que sonará a la hora que yo le marco.

Pero ese día, no sonó.

Me desperté con algo de luz entrando con mi habitación, con la agradable sensación de haber tenido un sueño bastante reparador...de hecho, en mi cabeza, el sentirme tan descansado, fue la primera cosa que me hizo dudar de si todo iba bien...

Lo segundo fue la luz entrando a través de la persiana...la alarma debía sonar antes del amanecer...

Y ahí es cuando me eché a temblar, de un respingo cogí el teléfono...

Casi me da un infarto en ese momento...

Demasiadas llamadas de crew control en la pantalla de bloqueo.

Aturdido y desbordado, llamo a crew control, mientras miro la hora, era tarde para llegar a mi hora, pero no demasiado tarde para salir con algo de retraso si me daba prisa.

Al otro lado del teléfono, no sabía qué me iba a encontrar...por suerte, ante mi nerviosismo, incredulidad e incluso miedo, recibí tranquilidad, comprensión y ayuda. "Adrián, no te preocupes, le puede pasar a cualquiera", y tenía razón, pero no me podía pasar a mi, y menos en ese momento...todo estaba en juego, y yo la había "cagado". 

Pedí disculpas hasta al apuntador, me pidieron que mandase un mail para explicar lo ocurrido, y tras ofrecerme a realizar cualquier otro vuelo o lo que necesitasen, se me dijo que me quedase en casa.

Colgué el teléfono pensando que me iban a echar a la calle. Pero tomé una decisión desde el minuto 1, decir la verdad. Por absurda y ridícula que fuese la verdad, era la verdad. Mi teléfono no había sonado aquella mañana.

Tras recuperarme del susto, y con el teléfono aún en la mano, me dispuse a investigar qué había sucedido, porque recuerdo perfectamente haber puesto la alarma, y haber dejado el móvil cargando para no tener problemas de batería. Como hago siempre.

Meses atrás, hubo un día que puse una alarma, de no demasiada importancia, no para ir a trabajar si no para levantarme para ir a algún lado, no sonó y por suerte no llegué tarde, pero como no era algo muy relevante, no le dí mayor interés al asunto, tal vez ese día se me podía haber pasado poner la alarma, o la había podido poner otro día...o a saber...pero me fijé en que esa noche, el móvil recibió y actualizó el software de forma automática, realizando un reinicio del móvil.

Fue recordando este detalle y ya algo más calmado cuando me dispuse a comprobar si había sido esto...y efectivamente, esa noche el teléfono recibió una actualización de software, que por motivos que aún desconozco eliminó la alarma que estaba configurada.

Un absoluto desastre que me podría haber costado mi puesto de trabajo.

Desolado aún por no haber asistido al trabajo, por no haber puesto más alarmas y por descubrir que todo ello había sido provocado por una actualización de software...me dispuse a escribir un mail explicando todo lo ocurrido, pidiendo de nuevo disculpas a todo el mundo y siendo completamente sincero.

Por suerte, y para mi sorpresa, de nuevo recibí comprensión y apoyo por parte del jefe de pilotos y el asunto no fue a mayores. Quedando en una anécdota, que pasados los años, puedo contar abiertamente.

Y lo cuento por varios motivos, para recordarte que seguimos siendo humanos, los pilotos nos equivocamos, las alarmas nos fallan, nos confiamos en poner sólo una y eso es un error. También lo cuento para que nunca tengas la tentación de mentir, la mentira tiene las patas muy cortas, y si te pillan, las consecuencias pueden ser mucho peores. Y finalmente lo cuento, para que aprendas de un error que yo cometí, y que espero que tú nunca cometas. 

Revisa la hora a la que te quieres levantar, utiliza al menos dos dispositivos independientes, e incluso si alguno es analógico, mejor...y sobre todo, nunca mientas, asume el error y las consecuencias de tu "cagada".

Buenos vuelos, y pon dos alarmas!

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