Querido alumno
Querido alumno:
Quiero escribirte esta carta a ti, mi alumno en el pasado, en el presente y para los que vengan en el futuro.
Lo primero que debes de saber es que no soy perfecto, ni siquiera el mejor instructor del mundo, aunque a veces puedas pensar que lo se todo, no es así. Sigo aprendiendo cada día con la intención de mejorar para poder enseñarte mejor y más, con mayor seguridad y calidad. Basándome en mis conocimientos y en mis experiencias para tratar de evitar que tú cometas alguno de mis errores.
A veces, en vuelo, puedo parecer duro, exigente, incluso enfadado, pero no estoy para nada enfadado, trato de hacerte ver qué es peligroso e inseguro y si haces algo que el día de mañana pueda llevarte a un accidente, necesito reconducirte lo antes posible mientras volemos juntos. No quiero que tengas un accidente cuando vueles sin mi al lado porque yo no te inculqué unos principios básicos de seguridad.
Aprovecha y exprime todo el conocimiento que puedas de mi, así lo he hecho yo siempre con mis instructores. No te cortes en preguntarme las dudas, en pedirme que te repita o te vuelva a explicar algo, estoy para eso, y tú, para aprender, aso es que si te equivocas o fallas, no pasa nada, yo tampoco nací sabiendo volar.
Disfruta de volar, somos unos privilegiados, recuerda la gran cantidad de gente que desearía estar en ese momento en tu asiento. Y aunque no todos los vuelos sean igual de gratificantes, el día que te bajes menos alegre, recuerda que siempre has aprendido algo.
En cada vuelo, por intenso o duro que sea, tómate unos segundos para mirar fuera, relajarte y disfrutar de las vistas... Estás volando.
Procuro dar el 100% de mi en cada vuelo para que tú aproveches, aprendas y disfrutes, y aunque no siempre estoy a ese nivel, me esfuerzo en dar lo mejor de mi aunque no haya dormido ese día bien, tenga problemas personales, laborales o me haya comido un atasco para llegar al trabajo, también soy humano como tú, por eso, entre alumno e instructor, debemos animarnos y apoyarnos especialmente en los días complicados.
"Velocidad y altura conservan la dentadura y velocidad con el morro y senda con el motor", un día debería contar el número de veces que digo estos dos refranes de media en cada vuelo, creo que me sorprendería. La idea es que lo aprendas, pero sobre todo que lo apliques...siempre.
No tengo respuestas para todo, pero eso no es problema, encontraremos la respuesta.
Tal vez, en el futuro, me vea obligado a dejar la instrucción, especialmente si llega algo con una mayor estabilidad laboral y económica, pero quiero disfrutar de esta etapa al máximo, volar todo lo que pueda y enseñar a cuanta más gente mejor.
Eres mi alumno, y llevas un pedacito de mi como piloto, quiero que ese pedacito que llevas de mi sea de seguridad, de calidad y de pasión por volar. Si eso es así, habré logrado mi objetivo como instructor, formar alumnos seguros, de calidad y con la madurez y determinación de tomar buenas decisiones como pilotos, especialmente en los momentos más comprometidos.
Y es que yo no practico los fallos de motor cuando no los esperas sólo para ver cómo palideces, lo hago porque si llega el punto en el que conmigo eres capaz de resolver esa situación de forma fluida, si te pasa en el futuro, podrás enfrentarte a ello de un modo más seguro y con mayores posibilidades de éxito.
Por último, quiero darte las gracias por ser mi alumn@. Por confiar en mi para enseñarte a volar.
Gracias.
Adrián Ambrosio.
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