Esquivando huelgas

 Comienza una nueva temporada de verano en aviación, Una temporada que se estima sea más intensa que la anterior, pero con los mismos recursos, o incluso menos.

Por si esto fuese poco, las actuales huelgas en espacios aéreos de Francia y Alemania, pueden hacer de este verano, una temporada para el recuerdo, y no precisamente para el buen recuerdo.

No es para nada un escenario prometedor, pero hay que enfrentarse a ello del mejor modo posible, para que la sobrecarga de trabajo no nos lleve a una situación comprometida, ya sea por la fatiga, el estrés o enfermedad al bajar nuestras defensas.

Y es que en el día a día, estos retrasos, especialmente los debidos a slots por huelgas, producen un desgaste muy alto en las tripulaciones.

Acostumbrados a escalas muy cortas de unos 35-45 minutos, tener un slot de largos periodos, con una alta incertidumbre de si mejorará o no, supone para nosotros un estrés añadido, un desgaste físico y mental y nos rompe completamente el ritmo de trabajo habitual.

Imaginemos a un trabajador de una oficina que trabaja a un ritmo frenético todo el rato, y que de golpe, le hacen parar de forma brusca el ritmo, no pudiendo trabajar ni avanzar en su trabajo, permaneciendo sentado frente al ordenador, sin poder hacer nada más que ver cómo su jornada laboral se va a extender en contra de su voluntad, durante un periodo que ni siquiera sabe con certeza...

A todo esto, hay que tener en cuenta, que en el momento en que su jornada se pueda retomar, la única esperanza del trabajador es el resto del día, trabajar lo más rápido posible (sin dejar de hacer las cosas bien) para tratar de reducir ese retraso y llegar a casa lo antes posible.

Y esto es sólo un pequeño ejemplo de lo que nos ocurre, a ello, hay que sumarle el estrés con los pasajeros, tratando de explicarles la situación de un modo sencillo y un sinfin de frentes abiertos, contra los que luchar en cada día.

Porque nadie pone en duda el derecho a la huelga, ni mucho menos, pero esas huelgas, más allá de lo económico, a las tripulaciones nos suponen un gran estrés añadido al que enfrentarnos en nuestras, ya de por sí, estresantes programaciones.

Ojalá el verano sea más suave de lo que anticipan los pronósticos, que los slots y retrasos nos afecten lo menos posible y tengamos una operativa lo más fluida posible.


Buenos vuelos! Y paciencia para lo que viene!

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